EDITORIAL: Edición Junio del 2008
Crisis
en lo poco que nos queda...

Debido a muchos cambios ocurridos en los tiempos actuales tales como los desastres naturales, malas cosechas, aumento en el precio del petróleo e inclusive el aumento en el poder adquisitivo de China e India el mundo entero se enfrenta a una escasez y encarecimiento de los alimentos; este es un problema que debe ser muy tomado en cuenta en nuestro País, tal como lo están haciendo los países europeos los cuales saben que se deben adoptar medidas inmediatas para obtener resultados en mediano y largo plazo, porque esta situación ya está ocasionando malestar en sus comunidades.

Esperamos se siga el ejemplo de los demás Países y se permita reactivar la producción agrícola, la misma que no tiene ningún apoyo en estos tiempos. Encontramos por ejemplo, muchos tramos a lo largo de la vía a la Costa sin ningún tipo de cultivo.
Es lamentable que podamos señalar a muchas personas que se avergüenzan de haber nacido en el sector rural de nuestro País, quienes llegaron a las grandes ciudades y al no encontrar sustento los vemos haciendo todo lo posible para irse a España u otros países del Viejo Continente, donde terminan dedicándose a trabajar en procesos agrícolas que muy bien pudieron desarrollar en su tierra natal, sin desintegrar la familia.

Resulta preocupante escuchar lo que opinan nuestros agricultores del sector arrocero quienes buscan dedicarse a la exportación, debido a que en el País vecino de Colombia pagan el quintal de arroz en un 25% más de su valor en el mercado local. Para mal o para bien, este producto es la base de la alimentación de los más pobres y si se encarece su precio ya no tendrán cómo alimentarse todos los que son el soporte de la producción económica, es decir esa mano de obra que busca ganarse el pan de cada día y que paradójicamente les permite a muchos seguir siendo los millonarios de Nuestro Ecuador.

La alimentación, además de una necesidad vital para el ser humano, es un derecho humano básico. En los Derechos Humanos se establece el derecho a toda persona a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación (...)

Para el suizo Jean Ziegler: "La ecuación es simple: quien tiene dinero come y vive. Quien no lo tiene sufre, se convierte en un inválido y muere. No existe la fatalidad. Cualquier muerte por hambre es un asesinato".

¿En qué nos estamos convirtiendo?

 


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